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Alimentos psicoactivos: sustancias ocultas en nuestra dieta diaria y el sorprendente poder del cacao criollo

Los alimentos que consumimos a diario esconden mucho más que nutrientes; algunos contienen compuestos psicoactivos que influyen en nuestro cerebro, modulando el estado de ánimo, la energía y la percepción. Aunque no suelen considerarse drogas en el sentido convencional, estos alimentos actúan como sustancias psicoactivas leves, con efectos reconocibles y, en ciertos casos, sorprendentes. En este artículo exploraremos algunos de estos alimentos, sus propiedades y efectos, y añadiremos un alimento psicoactivo menos conocido que no suele mencionarse pero que merece atención.
Alimentos psicoactivos comunes y sus efectos
1. Café, té, yerba mate y guaraná: el impulso de la cafeína
El café y el té son las bebidas estimulantes más consumidas en el mundo, principalmente por su contenido en cafeína, un alcaloide que bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, lo que reduce la sensación de sueño y aumenta la alerta y la energía. La cafeína también puede generar euforia leve. Sin embargo, la respuesta a la cafeína varía según factores genéticos, por lo que algunas personas son más sensibles y pueden experimentar nerviosismo o insomnio con dosis pequeñas.
El té, además de cafeína, contiene L-teanina, un aminoácido que induce relajación sin somnolencia, haciendo que su efecto estimulante sea más suave y duradero que el del café. La yerba mate y el guaraná comparten estas propiedades estimulantes, siendo populares en América Latina por su capacidad para aumentar la concentración y la energía.
2. Cacao y chocolate: felicidad y bienestar
El cacao es una fuente rica en teobromina y cafeína, pero también contiene feniletilamina, un compuesto que contribuye a la sensación de felicidad al consumir chocolate. Además, el chocolate negro es rico en flavonoides que mejoran la circulación y pueden influir positivamente en el estado de ánimo y la función cognitiva. La combinación de estos compuestos hace que el chocolate sea un alimento que genera placer y bienestar, y en algunos casos, una ligera adicción debido a la liberación de sustancias similares a los opioides en el cerebro.
3. Queso: placer y ligera adicción
El queso contiene caseína, una proteína que durante su digestión libera casomorfinas, sustancias que se unen a los receptores opioides del cerebro, generando sensaciones de placer similares a las de los opioides, aunque mucho más leves. Esto explica por qué muchas personas sienten una fuerte atracción hacia el queso. Además, el queso madurado contiene tiramina, que puede aumentar la liberación de dopamina y noradrenalina, estimulando la energía y la alerta. Sin embargo, la tiramina puede ser peligrosa para personas que toman inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).
4. Fermentados alcohólicos: desde la relajación hasta la embriaguez
Bebidas como la kombucha, el kéfir, la cerveza y el vino contienen alcohol etílico, que en dosis bajas induce relajación y en dosis altas puede causar embriaguez y riesgos asociados. Además, contienen congéneres, subproductos de la fermentación, algunos con efectos psicoactivos leves, como pequeñas cantidades de ácido gamma-hidroxibutírico (GHB).
5. Solanáceas: efectos tóxicos y estimulantes leves
Alimentos como berenjena, tomate, patata y pimentón contienen alcaloides como la solanina, que en grandes cantidades puede provocar intoxicaciones colinérgicas con síntomas como náuseas, confusión y convulsiones. En dosis pequeñas, algunos compuestos, como la nicotina presente en la berenjena, pueden tener efectos estimulantes leves.
6. Nueces y semillas: reguladores del estado de ánimo
Las nueces y semillas son ricas en triptófano, precursor de la serotonina, neurotransmisor asociado con la felicidad y la reducción de la ansiedad. Las nueces de Brasil, por ejemplo, aportan selenio, un mineral que contribuye a la función cerebral y al bienestar emocional.
7. Frutas psicoactivas: mango y pomelo
El mango contiene mirceno, un terpeno que potencia los efectos del THC en el cannabis, mientras que el pomelo inhibe enzimas que metabolizan muchas drogas y fármacos, prolongando e intensificando sus efectos, lo que puede ser peligroso.
8. Especias con efectos psicoactivos
La nuez moscada, en dosis altas, actúa como un potente alucinógeno, aunque su uso recreativo es raro debido a efectos secundarios desagradables. El romero mejora la memoria y la concentración, y el azafrán tiene propiedades antidepresivas y puede mejorar el estado de ánimo.
9. Miel de rododendro: la miel alucinógena
La miel producida por abejas que polinizan rododendros contiene grayanotoxinas que pueden provocar euforia y alucinaciones leves. En Nepal, esta “miel loca” es un atractivo turístico por sus efectos psicoactivos.
10. Semillas de amapola: opio ‘light’
Las semillas de amapola contienen trazas de morfina y codeína, que en grandes cantidades pueden producir sedación y bienestar, aunque normalmente no provocan efectos psicoactivos en las dosis habituales de consumo.
11. Leguminosas con efectos neuronales
El altramuz contiene lupanina, que en grandes cantidades puede causar somnolencia, y el frijol de terciopelo (Mucuna pruriens) aporta L-DOPA, precursor de la dopamina, mejorando el estado de ánimo y la función cognitiva.
12. Bonus: Un alimento psicoactivo poco conocido: la cacao criollo en su forma pura y fermentada
Aunque el cacao en general es conocido por sus efectos psicoactivos, una variedad menos común, el cacao criollo, especialmente cuando se consume en su forma pura y fermentada, posee un perfil químico más complejo que potencia sus efectos sobre el sistema nervioso central. Esta variedad contiene mayores concentraciones de teobromina, feniletilamina y anandamida, compuestos que no solo generan placer y bienestar, sino que también pueden inducir estados de relajación profunda y mejorar la percepción sensorial.
El cacao criollo fermentado es utilizado tradicionalmente en rituales ancestrales en América Central y del Sur para inducir estados meditativos y mejorar la conexión emocional. Su consumo en forma de bebida ceremonial puede producir efectos psicoactivos más intensos que el chocolate comercial común, debido a la concentración y sinergia de sus compuestos bioactivos.
Además, recientes estudios sugieren que el cacao criollo puede modular la liberación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, contribuyendo a la mejora del estado de ánimo y la reducción del estrés, lo que lo convierte en un alimento funcional con potencial terapéutico.
Consideraciones finales
El conocimiento de los alimentos psicoactivos nos invita a mirar nuestra dieta con una nueva perspectiva, reconociendo que lo que comemos no solo nutre nuestro cuerpo, sino que también influye en nuestra mente y emociones. Aunque la mayoría de estos alimentos no representan riesgos significativos para la salud cuando se consumen en cantidades normales, es importante estar informados sobre sus efectos, especialmente en personas sensibles o que toman medicamentos.
Además, la inclusión de alimentos menos conocidos como el cacao criollo fermentado amplía nuestro entendimiento sobre la diversidad de sustancias psicoactivas presentes en la naturaleza y su potencial uso en el bienestar humano.
La próxima vez que disfrutes de una taza de café, un trozo de chocolate o una infusión de romero, recuerda que estás experimentando una forma cotidiana de psicoactividad, una conexión química entre la alimentación y la mente que ha acompañado a la humanidad desde tiempos ancestrales.
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