Receta. Falafel Crudo con Cáñamo: Energía Natural en Cada Bocado

Esta versión cruda del falafel es un concentrado de energía y salud. Las semillas de cáñamo, el tahini y el limón se unen para crear una combinación deliciosa y nutritiva que te impulsará durante todo el día. Olvídate de los bajones de energía y descubre el poder de los alimentos vivos.
Ingredientes: Un Festín de Nutrientes
- 1 taza de garbanzos crudos, despertados de su letargo con un remojo de 12-24 horas y purificados con un enjuague fresco. Este proceso vitaliza su potencial nutricional y los hace más amables con tu digestión.
- ½ taza de semillas de cáñamo peladas, pequeñas joyas de la naturaleza repletas de proteínas completas, ácidos grasos esenciales y minerales. Un combustible de primera calidad para tu cuerpo y mente.
- ¼ taza de perejil fresco picado, un toque de frescura herbácea que aporta vitaminas y antioxidantes.
- ¼ taza de cilantro fresco picado, una explosión de sabor cítrico y un aliado para la desintoxicación.
- 2 dientes de ajo, pequeños guerreros que fortalecen tu sistema inmunológico y añaden un toque picante.
- 1 cebolla pequeña picada, un dulzor sutil y una fuente de fibra prebiótica que alimenta tu microbiota intestinal.
- 2 cucharadas de jugo de limón fresco, un elixir de vitamina C que realza los sabores y facilita la absorción de nutrientes.
- 1 cucharada de comino molido, una especia terrosa que estimula la digestión y aporta un toque cálido.
- 1 cucharadita de cilantro molido, un aroma cítrico y floral que complementa al comino.
- ½ cucharadita de sal marina, un toque de sabor que equilibra la dulzura de los ingredientes.
- ¼ cucharadita de pimienta negra molida, un toque de picante que despierta tus sentidos.
- 2-4 cucharadas de agua (si es necesario), un toque de hidratación para lograr la textura perfecta.
- Opcional:
- Una pizca de cayena, para los amantes del fuego que buscan un impulso extra.
- 1 cucharada de tahini, una crema de sésamo rica en calcio y grasas saludables que aporta cremosidad y un sabor a nuez.
- Un puñado de hojas de espinacas frescas, para un extra de verdor y un chute de vitaminas y minerales.
Preparación: Un Ritual de Bienestar
- El Despertar de los Garbanzos:
- Sumérgelos en un baño de agua fresca durante 12-24 horas, renovando el agua al menos una vez. Este acto de paciencia los transforma, liberando su potencial nutricional y haciéndolos más digestibles.
- Enjuágalos con mimo, eliminando cualquier impureza y preparándolos para su transformación.
- La Alquimia en el Procesador:
- Reúne a los garbanzos, las semillas de cáñamo, el perejil, el cilantro, el ajo y la cebolla en el procesador de alimentos.
- Pulsa hasta obtener una pasta granulada, conservando la textura rústica que caracteriza al falafel.
- Añade el jugo de limón, el comino, el cilantro molido, la sal y la pimienta, integrando los sabores con armonía.
- Si la mezcla se resiste, añade 1-2 cucharadas de agua, gota a gota, hasta lograr la consistencia deseada.
- El Arte de Dar Forma:
- Con tus manos, moldea pequeñas esferas o discos, del tamaño de un bocado de energía.
- Deja volar tu creatividad y experimenta con diferentes formas.
- El Abrazo del Aire (Opcional):
- Si buscas una textura más firme, deshidrata los falafels durante 1-2 horas a baja temperatura (alrededor de 45°C).
- Este proceso suave concentra los sabores y elimina el exceso de humedad.
- La Celebración en el Plato:
- Sirve los falafels crudos con tus acompañamientos favoritos, creando un festín de colores y texturas:
- Salsa tahini, un abrazo cremoso y nutritivo.
- Ensalada fresca, un jardín de vitalidad.
- Pan pita o wraps de lechuga, para envolver la energía.
- Verduras crudas (pepino, tomate, zanahoria), un crujido de frescura.
- Salsa de yogur, un toque de frescura y probióticos.
- Sirve los falafels crudos con tus acompañamientos favoritos, creando un festín de colores y texturas:
Consejos y Variaciones: Un Lienzo en Blanco
- Textura: Juega con el tiempo de procesado para lograr la textura que más te guste.
- Hierbas y Especias: Atrévete a experimentar con menta, perejil rizado, eneldo o cualquier otra hierba o especia que te inspire.
- Semillas de Cáñamo: Si no las tienes a mano, puedes sustituirlas por semillas de sésamo o de girasol, aunque el cáñamo aporta un perfil nutricional único.
Almacenamiento: Guarda los falafels crudos en la nevera durante 2-3 días, en un recipiente hermético.
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